jueves, 12 de febrero de 2015

Las estaciones: el movimiento de traslación

Ya os explicamos en otra entrada como descubrimos el movimiento de rotación gracias al cual se producen el día y la noche.

Hace ya unos días en clase descubrimos otro movimiento más difícil de pronunciar: el movimiento de traslación.

Habíamos aprendido hasta ese momento que la Tierra gira sobre sí misma, pero es que además y a la vez da vueltas alrededor del sol.

Y así lo hicimos en clase, jugar a como es este movimiento.

Uno de nosotros hizo de sol, le pusimos la corona de los cumples y se puso en el centro de la alfombra. Otro hicimos de Tierra, y andando dimos vueltas alrededor del Sol. Laura nos explicó, que esa vuelta tarda mucho tiempo en darse, exactamente un año, que son 365 días o los 12 meses que ya conocemos.

Observando los globos terráqueos que tenemos en clase, ya nos habíamos dado cuenta de que estaban todos torcidos. No están rectos, si no que están inclinados. Y está inclinación es importante, ya que hace que no le de el sol de la misma manera.

La vuelta que da la Tierra al Sol no es un círculo perfecto, si no que es más bien un óvalo. Hemos aprendido que ese camino que recorre se llama órbita.

Claro, si a un óvalo le hacemos una cruz en el centro, esa cruz no es igual de ancho que de largo y por eso hay estaciones en las que hace mucho frío o mucho calor y otras que son un poco mas templadas.


Gracias a unos vídeos todo esto lo entendimos mejor. Aunque es algo un poco complicado de entender, más o menos nos quedaron varios conceptos claros: la Tierra gira alrededor del Sol, por este movimiento de traslaciones tenemos diferentes estaciones.





Este movimiento nos planteó una duda: si todos los planetas giran alrededor del Sol, ¿todos tardan un año en dar la vuelta? 

Hicimos una prueba para reflexionar. Un niño hizo de sol, otro hizo de Mercurio y se puso muy pegadito al Sol, y un tercero hizo de Neptuno, y se alejó bastante. El Sol se quedó quieto, pero los dos niños que hacían de planetas se pusieron a andar al mismo ritmo. Claro, el que estaba cerquita tardo muy poco en dar esa vuelta, en cambio Neptuno, bastante alejado del Sol tardó mucho. Ahora bien, la profe nos planteó un cambio. Mercurio iba a andar super despacio y Neptuno se tenía que poner a correr. 

Sabéis lo que paso, ¿no? Además de la distancia del Sol, también importa la velocidad a la que se mueva. Esto es algo, que tendremos que estudiar mas adelante.

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