domingo, 12 de abril de 2015

El día que los crayones renunciaron

Esta semana hemos descubierto un libro chulísimo, que cayó en manos de Laura por casualidad cuando visitaba una librería. Le gustó tanto que no pudo resistir comprarlo.

Todo comenzó, con una actividad que no entendíamos muy bien al principio.

Estábamos sentados en la alfombra y Laura pidió a Lucas que cogiera una caja de pinturas.

- La de mi mesa, por ejemplo - dijo Lucas.

Y luego Laura tiró al suelo todas las pinturas y nos pidió que observáramos bien lo que veíamos.

- Pinturas de colores.
- Unas son cortas, y otras largas.
- Alguna está rota.
- Las cortas están así por que sacamos punta mucho.
- Las usamos un montón y se gastan.

Después, fuimos eligiendo una pintura de cada color, para ver los colores que teníamos.



Y por último Laura nos preguntó, qué color nos gustaría ser, y qué cosas pintaríamos si fuéramos de ese color.

- Sería el rojo y pintaría fresas y manzanas.
- Yo el morado para hacer vestidos.
- Yo el amarillo del sol.
- Yo el blanco de un perro.
- Yo el azul del mar y del río.
- Yo el verde de una rana.
- Yo el rosa para las princesas.
- Yo el negro para pintar coches.
- Yo el marrón para pintar casas.
- Yo el plateado para hacer joyas.

Así que salimos tres niños, cada uno con un color: el negro, el azul y el amarillo. 
Observamos que el negro estaba muy grande, no habíamos gastado mucho. En cambio el color azul y el amarillo estaban mas gastados. 

Pensamos si utilizábamos todos los colores, o si solíamos utilizar siempre los mismos.

La profe además, nos enseño una pintura que tenía un papel en el que ponía unas letras: CRAYONS.



Nos explicó, que CRAYON también significa pintura de color, y que hay pinturas que a veces llevan papel, como las ceras blandas.

Todo esta historia, comenzó a cobrar sentido cuando vimos la portada del libro que Laura nos había traído a clase: El día que los crayones renunciaron.

Duncan, que es así como se llama el protagonista de esta historia, se encuentra un montón de cartas en su mochila. Los remitentes de estas cartas son sus crayones, que quieren contarle como se sienten. 
Crayon Rojo está cansadísimo de tanto pintar Papá Noel, corazones, camiones de bomberos... 
Crayón Morado se va a volver loco por que no soporta que se salga cuando pinta dragones y uvas. 



El pobre Crayón Beige no quiere ser el segundón del Crayón Marrón y quiere que lo use más. 
Crayón Gris le recuerda que además de elefantes y rinocerontes, que son animales grandísimos y se cansa mucho, también lo puede usar para piedrecitas. 
Crayón Blanco se siente vacío ya que no se le ve en los folios. 
Crayón Negro reivindica que no quiere solo ser usado para los contornos de los dibujos. 

Crayón Azul, que el pobre es pequeñito le pide un descanso ya que trabaja un montón. 
Y Crayón Rosa le recuerda que no es solo para chicas, y que puede pintar muchísimas cosas con él.
Hasta Crayón Amarillo y Crayón Naranja le cuentan que ya no se hablan porque no se ponen de acuerdo con quién es el verdadero color del sol.



Crayón Verde y Crayón Durazno (que es el color que llamamos carne..aunque carne, carne, tampoco es, que la piel de los africanos no es de ese color precisamente), también dejaron sus cartas.

No os contamos qué ocurre al final, para que podáis descubrir la historia completa.

Nos resultó divertidísimo pensar que los crayones podrían escribirnos para contarnos sus quejas y sus problemas. Realmente tienen una vida dura, y es cierto que solemos utilizar los mismos colores, y que a unos los dejamos de lado y otros en cambio solo les hacemos trabajar. Probablemente a ellas (a las pinturas) no les gusta que nos salgamos al pintar. También es verdad que el rosa no es solo de niñas, y que podemos pintar muchas cosas de negro. Podemos improvisar dragones de un color que no sea verde, y colorear el sol mezclando el amarillo y naranja, para que no discutan. 

Para terminar esta entrada de este álbum tan especial que nos invita a imaginar y crear, os dejamos nuestros dibujos y un vídeo resumen del cuento.




 

El día que los crayones renunciaron
Drew Daywalt / Oliver Jeffers
Fondo de Cultura Económica, 2014

4 comentarios:

  1. Guapa pasa por mi blog que te espera un regalito!! Besos!
    http://aprendreaclasse.blogspot.com.es/2015/04/premi-parabatais.html

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  2. Pero que buena pinta tiene este cuento. Lo apunto en mi lista, que es muy larga jiji. Gracias por la sugerencia

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  3. Bonita forma de trabajarlo en clase. Tengo el libro entre ceja y ceja desde hace tiempo y al final caerá... La verdad es que todo lo que tiene Oliver Jeffers me encanta! :)

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    1. Sí, es estupendo y todo lo que hace lo convierte en una joya.
      Gracias por seguirnos.

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